Desde hace unos cuantos meses la atención de muchos venezolanos se ha centrado en el caso de los denominados narcosobrinos, quienes como se sabe fueron capturados por la DEA, organismo estadounidense contra el narcotráfico, intentando introducir en aquel país un cargamento de droga, y posteriormente hallados culpables por un tribunal de aquella Nación.
El caso adquiere notoriedad porque se trata de personas ligadas familiarmente a la pareja presidencial venezolana. Y ese hecho les convierte en víctimas, aunque no sean inocentes, de estrategias geopolíticas que van más allá del narcotráfico, que en sí mismo es un delito que atenta contra la seguridad de un País, porque toca aspectos relacionados con los derechos humanos.
La situación de los sobrinos presidenciales se ha manejado con la estrategia de una partida de billar, golpear de “carambola” a otras dos. En realidad los dos muchachos no son el objeto de la partida, pero para el juego sirven. Más recordemos algo, hay infinidad de jóvenes quienes delinquen, y sus padres no son responsables directos de aquellos delitos; sino, tal vez, indirectos por haber desatendido su orientación y educación.
Sobre esto último “quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.
Como padre, educador y pastor, siento inmensa pena por los dos jóvenes, ya que lo esperado es una sentencia terrible; a menos que en la partida se active otra carambola. Y del lado humano no puedo quedarme tranquilo imaginando a aquellos padres impotentes, sin poder hacer nada por personas queridas, a quienes en el peor de los casos les espera una cadena perpetua. El sistema de justicia norteamericano si funciona inexorablemente.
Hay algo más dramático, peor aún, se dice que realmente no son ellos quienes deberían estar en aquella aciaga circunstancia, sino los que les usaron para la travesura juvenil que les ha tronchado el futuro. Algo en que pensar para la juventud venezolana, y del mundo, prevenir caer en aquellas garras.
En nuestra Asamblea Nacional, para no quedar fuera de sintonía ha debatido el caso de los dos muchachos, según tengo entendido por la prensa. Y eso, también según la prensa, ha motivado que el Gobierno amenace con “levantarse de la Mesa de Dialogo”. Seguimos con la estrategia del juego de billar.
El debate en la Asamblea Nacional es interesante, más los jóvenes traficantes no son realmente el foco de atención, se usan para golpear de “carambola”. Si nuestros esclarecidos asambleístas desean debatir algo realmente significativo para los venezolanos, no es precisamente el caso de los dos jóvenes familiar de la pareja presidencial; no estoy disminuyendo la carga de responsabilidad de los involucrados. Pero ¿A que nos lleva aquel debate?
Lo que los venezolanos queremos no son precisamente distractores, sino que la AN, o tal vez quienes manejan la MUD, actúen para resolver la crisis nacional, porque ellos tienen el poder, y la pericia; lo que les falta es determinación.
Ya sabemos que la MUD decidió que la solución es electoral, y no precisamente revocatorio, así que tendremos que esperar hasta las próximas elecciones para que uno de los integrantes de la MUD se autopostule presidente. No es algo inédito, ni reprochable, pero: ¿Y mientras eso llega qué?
Acaso la crisis alimentaria, que raya en crisis humanitaria, no les conmueve; no les importa que escaseen las medicinas, y sus compatriotas mueren a consecuencia de ello; que los hospitales carezcan de los elementales insumos para atender una población vulnerable. Que la inseguridad lleva a un estado de sitio a la población.
Sabemos que la AN no tiene facultades ejecutivas como para abastecer al país, y proveer seguridad, calidad de vida. Pero si tiene el poder político, y pericia en el ejercicio de gobierno como para asesorar al ejecutivo, o presionarle para que permita que la comida llegue a toda la población venezolana; y resuelva lo que tiene que resolver. De todas maneras recordemos que uno de los emblemas de los candidatos opositores a una curul en la AN, es que iban a eliminar las colas ante los automercados.
Al menos cumplan esa.
Uno que ha vivido tantas vicisitudes a causa de los dirigentes políticos, sabe que en la Mesa de Dialogo se juega una partida de ajedrez, el trofeo es ponerle la mano a Miraflores, o quedarse en aquella codiciada residencia. El País, que se aguante, no está entre las prioridades de los contrincantes.
De manera que la solución de la crisis venezolana es por vía de la intervención de la sociedad civil, quien tiene que quitarle el control al pequeño grupo de políticos que dirigen la MUD, y al PSUV; y convocar a un gran reencuentro Nacional de todos los sectores: de la oposición, revolucionarios, trabajadores, intelectuales, empresarios, comerciantes, estudiantes, amas de casa, grupos religiosos; a todos los sectores sin discriminación. A quienes si les duele el País, y sufren las consecuencias de las erradas políticas de los actores en ese ámbito.
O por vía de la intervención Divina, eso no es algo inédito para Dios, ya lo hizo con José en Egipto; David, en Israel; Daniel en Babilonia; Nehemías y Ester en Persia; Lutero en Alemania. En Venezuela, pronto lo veremos.
Otra opción es que Dios cambie el corazón de algunos de los que están en el poder, y esos sean quienes convoquen el proceso de reencuentro y reconstrucción nacional. Para Dios nada hay imposible. Una vez lo hizo con Nabucodonosor, en Babilonia; y otra con Ciro, el gran rey persa.
Así pues reiteramos el llamado a esa reserva moral y espiritual del pueblo de Dios venezolano, y de países amigos, sigamos clamando que active cuanto antes el Plan Divino para Venezuela, y levante a los hombres y mujeres que serán sus instrumentos en la salida de la crisis.
Ya veremos a un siervo de Dios convocando al pueblo para propiciar el inicio del reencuentro de los venezolanos, y de los grandes cambios morales, sociales y espirituales en el País. Cuando digo “siervo” no estoy diciendo que es el “pastor” de una iglesia. Es una persona que Dios va a levantar de entre los treinta y pico millones de habitantes de Venezuela.
Hermano, cuando ello ocurra, acude sin dilación al llamado.
Si Señor Jesús, hazlo pronto.
Fuente:
- Prensa nacional,
- Conceptos: Wikipedia,
- Notas personales,
- Imágenes Google.